LIBERTAD
Camino por el sendero sin motivación, sin ilusión, con el alma
llena de temor, no por que este en una situación de peligro,
sino por que cada vez que mi familia decide acudir a ese lugar
mi alma se llena de pena, de rabia, de impotencia por no poder
evitar ese espectáculo denigrante que algunos seres humanos
son capaces de realizar.
Mi nombre es Fabiola y soy una de las hijas de Fabio Augusto
cónsul de Roma y como familia respetada gozamos de una
serie de privilegios que nos permiten tener una vida sosegada
y en la cual nada nos falta.
Pero volvamos al inicio de mi historia.....
Como mi familia de vez en cuando se dirigían al mercado de esclavos
donde adquirían a las personas que ellos decían necesitar y a los
cuales muchas veces les hacían mucho mal.
Yo ni tan siquiera miraba no me quería implicar en una actuación
que trastocaba todos mis pensamientos,mi sentir y aunque nadie
me podía entender, yo en mi silencio lloraba por no hallar esa
libertad de poder hacer o decir lo que realmente había en mi corazón.
Así que llegamos al mercado, mis hermanas alegres fueron a mirar
donde podían observar mucho mejor a los jóvenes esclavos que hoy
se iban a subastar, yo como siempre intentando escapar por otras partes
del mercado, donde poder liberar mi mente de la angustia de ver sus
caras y el denigrante espectáculo que les hacían pasar.
Cuando por fin se acabo aquel martirio y volvíamos a casa por fin,
mi suplicio no termino ahí.
Ya mis hermanas entre bromas me decían que tenían una gran
sorpresa para mi y en mi interior lo que yo más deseaba era alejarme
de su presencia y desaparecer entre los arboles de mi jardín particular.
Así que me vi cogida por ambas y conducida por la estancia interior
de la casa hasta llegar a gran sala de audiencias, donde estaba mi padre
junto a sus ayudantes evaluando a los nuevos esclavos que habían
adquirido, ellas me miraban divertidas por que saben que no hay más
dolor en mi corazón que ver esas caras de miedo, de rabia, de impotencia
de verse fuera de su realidad, de su país, de una vida que hasta escaso
tiempo tenían y quien sabe si gozaban de familia que ahora quien sabe donde
esta.
De pronto una de ellas señalo a un joven de ojos castaños y expresión dura,
y me dijo:
-Fabiola ves ese muchacho de ahí? pues es un regalo para ti para que dejes
de fantasear y te dejes llevar por un mundo diferente donde el placer esta
recorriendo cada centímetro de tu ser.
Con rabia me giré hacia ella y alzando mi voz le dije:
-Ni lo sueñes, antes me suicidio.
Y sin decir nada más salí de la sala y por fin me pude dirigir hacia ese rincón
donde mi corazón esta tranquilo y mi mente puede sentir esa estabilidad.
Después de ese día yo me olvide de todo lo que aquel día sucedió y me
dedique a mis quehaceres diarios, donde intentaba instruirme no solamente
personalmente, sino que intentaba llenar mi alma de una frecuencia más
elevada, que me llenara de armonía y felicidad.
Por ello y sin que mi familia lo supiera muchas veces acudía al templo, para
intentar buscar respuestas de por que me sentía tan diferente de todos los
que me rodeaban y que se sentían felices con el sufrimiento de aquellos
que sin más estaban fuera de lo que hasta hacia poco había sido su libertad.
Pero el destino es caprichoso y no sabes nunca que te puede deparar, así
que un día en que volvía de mi paseo hasta el templo, antes de entrar en mi
casa tuve la sensación de que alguien me seguía y mi instinto me hizo ir más
aprisa en mi caminar y nada más traspasar el umbral de la puerta alguien me
empujo hacia el suelo y antes de que pudiera ver que había pasado, solo
pude oír un certero golpe en el cuerpo de alguien y el grito de dolor de quien
lo había recibido, mientras una voz fuerte le indicaba que se fuera de allí y
que ni se le ocurriera volver a pisar ese lugar.
Yo que permanecía quieta en el suelo, temblorosa, sentía como unas manos
me sujetaban y me ayudaban a levantarme, mientras con dulces palabras me
preguntaban si estaba bien. Cuando por fin salí de mi mundo encerrado, me
encontré de frente con unos ojos castaños que reconocí de inmediato...
eran del joven que mi familia tenia esclavizado.
No puede evitar asombrarme y preguntarle por que había echo eso por mi
cuando mi familia actúa de forma tan villana con él y los otros esclavos.
Y él me contestó que en los ojos uno puede leer quien es quien, que a través
de mi mirada y palabras el podía sentir la libertad y por tanto no permitiría
que nada ni nadie me hiciera daño.
A partir de ese momento él se convirtió en mi ángel protector, y cuando me
dirigía al templo él me acompañaba al principio se mantenía a cierta distancia
y sin articular palabra me llevaba y traía sin problema de casa al templo y viceversa.
Después de cierto tiempo su distancia se acorto y al final durante el trayecto
era cuando aprovechábamos para hablar y donde empece a saber quien era
en realidad, cual había sido su vida y que pensaba ahora de todo.
Por lo que cuando el imperio empezó a mostrar signos de debilidad, y aumento
la crueldad ante los esclavos, yo ya había tomado una decisión que hizo que mi
familia me rechazara y repudiara, pero a mi ya me daba todo igual, había aprendido
que era la verdadera libertad.
Así que gustosa le entregue su libertad y me case con él, viajando lejos donde
libremente pudiéramos vivir una vida sin cadenas.
Como él me había dicho una vez cuando el alma duerme es libre, cuando el
corazón ama es libre y cuando todo se junta en un solo sentimiento es cuando
uno alcanza la verdadera libertad.
Ilesin 15/1/14