miércoles, 31 de julio de 2013
MIERCOLES DE RELATO/ ENTRETEJIENDO AL AMOR
ENTRETEJIENDO EL AMOR
Hoy el día se ha levantado radiante, en el horizonte no se ve ni una sola nube,
y el sol brilla con fuerza, en el puerto todo es ajetreo, ya que pronto los
barcos saldrán a navegar.
Todos en la aldea colaboramos en el trabajo, las mujeres estamos sentadas
en el suelo mientras tenemos las redes en nuestro regazo y las repasamos y
remendamos de los agujeros habidos tras la última pesca. Mientras realizamos
el trabajo solemos hablar de todo lo que nos preocupa y de vez en cuando
algunos de nuestros hombres viene para ayudarnos a mover los aparejos
y llevarse los que ya ha sido reparado. En en el grupo hay mujeres mayores,
jóvenes esposas, novias y muchachas que todavía no han sido elegidas
por un guapo mozo. Entre ellas estoy yo que solo bebo los aires de un
hermoso mozo del pueblo que con maestría sabe utilizar las artes de la pesca.
Tras de él van varias mozas que al igual que yo le miramos y soñamos en que
un día podamos conquistar su corazón, pero hasta ahora nadie sabe de verdad
que pasa en su corazón.
Las horas pasan entre hilos de pesca y redes, además de reparar otros tipos de
cosas que les son útiles durante sus largas travesías.
A ultima hora de la tarde mientras estaba ayudando a recoger los útiles
que usamos para zurcir las redes, mi hermoso viento se acerco para ayudar
a llevar a la lonja una de las velas del velero donde trabaja, mi corazón
palpitaba rápido y más cuando sin querer me rozo su mano con la mía.
Era tanta la emoción que en ese momento sentía que notaba con un temblor
que recorría todo mi cuerpo y por más que luchaba por controlar ese
descontrol nada lo podía parar. Mis ojos solo acertaban a mirar su bello
rostro curtido por el sol y que le hacia todavía más bello, aunque en su
semblante podía apreciar que la vida no ha sido justa con él, la tristeza
esta reflejada en su mirada y siempre esta callado y pensativo, pero a mi
me tiene el corazón robado. A veces me pregunto que me hizo fijarme en él,
y no encuentro la razón tal vez ese aire misterioso que le envuelve, tal vez
que es muy trabajador, que a pesar de no decir palabra, siempre esta
dispuesto a dar una mano y ayudar.Hoy por ello he tenido ese premio de
notarle cerca, de quedarme con el suave olor de su piel y de saber su nombre
" Aitor", ahora ya puedo nombrarle en silencio.
Mientras andaba detrás de él hacia la lonja en mi mente pasan sueños y deseos
que se que tal vez no se cumplirán, pero que me hacen vivir y me dan alegría
y bienestar.
En la soledad de mi habitación puedo mirar por la ventana los acantilados
que dan al mar, donde las olas pegan con fuerza y en los días de tormenta
todo parece acabar, cuando las ves saltar hacia el cielo como si quisieran
tocar con las puntas de sus dedos invisibles, al cielo como un amante intenta
rozar la suave piel de su amada para quedarse con el tacto de su piel grabado
para siempre en su mente.
Hoy mientras miraba la puesta del sol, y sin saber muy bien porque una lagrima
se ha escapado y rodado por mi mejilla como si ese color rosado mezclado
con dorado que se apagaba en el mar azul turquesa fuera como un beso
salado que el destino me enviaba y que durante un tiempo calentó a mi corazón.
En mis sueños quisiera notar los fuertes brazos de Aitor sobre mi, entregándome
una protección y un calor a este corazón que se siente solo y sin ambición.
Pero soy consciente de mis limitaciones, yo solo soy una pobre muchacha que
para ganar un sustento con que ayudar a su familia, baja cada día al puerto
para remendar redes y alimentar a su alma de suspiros por su amor.
Él ni tan siquiera debe saber quien soy, se mueve entre mástiles, remos, redes y
aparejos que pronto lo alejaran de mi corazón. Cada vez que lo veo marchar
me acerco a la iglesia del pueblo e invoco a la virgen por su protección,
para que regresen sanos y salvos al puerto que les aguarda con cariño.
Hoy es el día de su partida, todos se han congregado en el puerto para decirles
adiós, unas con lagrimas en los ojos y con miedo en el corazón, despacio cargan
las bodegas de todo lo que necesitan en esta larga travesía que les mantendrá
alejados de casa por espacio de tres largos meses.
Aitor de buena mañana, ya esta en el barco no para ni un momento, en su espíritu
trabajador lo que hace que le respeten y le tengan gran estima.
El momento del adiós se acerca, yo no se si quiero mirar, me apena verle marchar,
se que no lo puedo evitar es su trabajo y están acostumbrados a este mar, que tanto
nos da, pero que también nos ha robado mucho amor.
Poco a poco veo como quitan las amarras y esta vez es él quien maneja el timón,
con destreza y sin vacilación da las ordenes precisas y pronto les vemos partir
por la bocana del puerto hacia el mar que los aleja del puerto seguro, del amor,
de todo aquello que guardan en su corazón.
Ya no aguanto más corro a mi virgen e de rezar, por Aitor, por todos para que
el tiempo pase rápido y veloz y pronto les veamos regresar.
Mientras corro por las calles empinadas que me conducen al lugar de culto y
devoción las lagrimas corren sin parar por mis mejillas, antes de entrar echo
una mirada hacia atrás y todavía veo en el horizonte la salida del dueño de mi
corazón. No se por que, pero esta vez tengo miedo de no volverle a ver, que algo
ocurra que no regresen que la tristeza y el dolor se adueñen de cada rincón de la
aldea y todo sumido en un llanto por aquellos que vimos partir una mañana de
mayo hacia un destino que no sabeos que nos traerá.
Hace un mes que le vi partir y aunque todos seguimos la rutina diaria del puerto,
ya que hay otros barcos de pesca que cada día regresan y tienen redes por arreglar,
o se ayuda a trasladar a la lonja el pescado conseguido para venderlo y así llenar
las arcas de todos para alimentar a las familias que viven del mar.
Cuando mi trabajo se termina subo hacia lo alto de la aldea donde el horizonte
me enseña un mar sereno y tranquilo y desde allí lanzo un pensamiento hacia el
cielo para que le lleve mi cariño y protección.
Después ya en mi casa y cuando puedo gozar de la soledad de mi habitación,
e decidido escribir todo lo que siente mi corazón, todo el dolor que hay dentro
y que me impide demostrar felicidad y decirle abiertamente lo que siente mi corazón.
En la paginas escritas dejo ir todo lo que siento, todo lo que he vivido, todos mis
sueños y deseos mas íntimos tal vez con ello consiga calmar mi mente y mantener
a salvo mi corazón que suspira por los vientos de un guapo mozo que un día me robo
el corazón. se que me estoy volviendo loca, que amo un imposible, pero es tan
grande mi soledad, que necesito su luz que como un sol resplandece y me da alegría
y fuerzas para seguir viviendo en este calvario en el cual esta encerrado mi corazón.
Esta mañana mientras estaba ayudando en el puerto, un joven se ha acercado donde
estábamos plegando redes, y con un semblante risueño ha estado hablando con
todas nosotras, algunas de las chicas se sonrojaban cuando este joven les decía una
palabra hermosa, yo sin embargo me mantenía distante, mi mente estaba lejos, nada
quería saber, pero mira por donde el mozo al final me preguntó, de quien era mi
corazón y antes de que yo respondiera las otras le contestaron que libre estaba, que
nadie era dueño de mi amor, a lo que yo respondí que no pensase que me iba a
conseguir que no quería oír palabras hermosas que solo ocultan la verdadera
personalidad, que mi alma tenia por quien suspirar, pero que al contrario de los ellas
opinaban, yo no tenían por que explicarlo a los cuatro vientos, que nadie ocuparía el
rincón que ocupaba mi bello dios de las aguas, que aunque lejos ahora podía estar,
yo le sentía cerca de mí.
Después de eso, mis compañeras intentaron en vano averiguar quien era, el mozo que
bebía por mi los vientos, pero de mi boca no salio nada.
Y así fue pasando el tiempo, hasta que un día en medio de una tormenta vimos entrar
por la bahía a nuestros bravos guerreros, que volvían a casa para nuestra tranquilidad.
Me dio igual que la lluvia empapase mis cabellos y ropas yo quería estar allí, aunque
fuese de lejos quería verle bajar, quería estar segura que estaba bien, que regresaba a
su hogar, que durante un tiempo podría disfrutar de cierta paz y tranquilidad, que no le
vería de nuevo marchar.
Una vez los barcos estuvieron atracados, empezaron el baile de cajas llenas de pesca,
pero la alegría era tan intensa que a nadie le importaba, el tiempo que hacia, entre todos
hicimos cadena, hombres, mujeres, niños todos colaboramos para llevar las cosas a su
lugar y después festejar con alegría que nuestros hombres habían regresado vivos de
su lucha con el mar. A pesar del trabajo intenso algo me mantenía en alerta máxima,
desde el barco podía ver quien estaba descargando y ayudando a bajar las cajas, pero
sin embargo su cara no estaba y un temblor recorrió mi cuerpo, no quería pensar que
algo le hubiera podido pasar,en mi mente intentaba calmar mi miedo y mantener la
esperanza de que pronto le vería descender y así mi ansiedad se calmaría y todo
volvería a la realidad.
Sin embargo no fue así, una vez todo estuvo descargado y llevado a la lonja, los
hombres volvieron para recoger sus pertenecías y después abrazar a sus seres queridos
que les habían ido a buscar, pero él seguía sin aparecer, mi corazón latía rápido y ya
no pude más, con paso firme y seguro me dirigí hacia el barco, subí la pasarela y me
dirigí sin mas dilación hacia el interior, donde pude oír voces de preocupación,
mi angustia creció y de un salto penetre en su interior, los hombres que quedaban
se asustaron y me miraron con expresión de sorpresa y preocupación.
No pregunte nada ya que enseguida le vi, tendido sobre ese camastro
que les hacia las veces de cama, mi instinto y amor se hizo fuerte y poderoso y
pasando no se ni como por entre los hombres, me acerque a su lado y aunque su
expresión,era de dolor, su rostro seguía siendo hermoso. Por el color de cara pude
ver que la fiebre se lo comía y que desde hacia días su luchar por la vida era constante,
no pregunte solo me moví rápida por entre los enseres que allí había y empece a
mojarle su cara, a acercarle en sus secos labios mi pañuelo mojado mientras él
intentaba beber y sentir como su piel se refrescaba.
Tan ensimismada estaba en mi trabajo que no me di cuenta de el capitán de la nave
me hablaba, solo cuando note su mano sobre mi hombro, percibí la realidad.
El hombre me explicó que durante una de sus paradas para abastecerse de hielo,
algunos hombres habían enfermado por culpa de un virus y que Aitor a pesar de que
no se había movido del barco, fue quien más le había afectado la violencia de la
epidemia, que a pesar de tratarle igual que a las demás, su respuesta no era la que cabía
esperar y que ahora solo se tenia que esperar que su destino se cumpliera y pronto
acabasen sus sufrimientos y descansase al fin en paz.
Me negué a escuchar más, les di la orden de llevarle a su casa y no que no
preocuparan más por él que yo le cuidaría pero que eso que ellos decían no iba a
pasar, su vida era larga, no podía pensar en que se fuera en que no pudiera verle de
nuevo pasar entre cajas, redes y mar.
Mientras ellos le trasladaban a su casa, yo corrí hacia la mía para recoger unas
cuantas cosas y avisar a mi familia de lo que iba hacer. Evidentemente intentaron
que no me fuera a cuidar a quien estaba sentenciado a morir, pero yo estaba decidida
y me fui.
Una vez en su casa, poco a poco desvestí su torso y le fue bañando en agua fría
con hierbas que sabia que le harían bajar la fiebre tan alta que tenia. De vez en cuando
le ofrecía agua en sus labios cortados y que el bebía despacio, no se cuantas noches
y cuantos días pase en vigilia, mientras le oía hablar entre delirios, su cuerpo luchaba
contra monstruos imaginarios, donde la inquietud podía más que sus fuerzas, pero yo
seguía allí cuidandole, preocupandome y rezando para que no se me lo llevaran lejos
de mí, no me importaba lo que pudieran decir de mi, yo tenia fe en su fuerza interior
y en que mi amor le curaría las heridas que guardaba en su interior y poco a poco
su fiebre fue descendiendo y su cuerpo ya no estaba tan a menudo bañado en sudor.
Un día mientras estaba lavando algo de ropa, oí su voz que gritaba mi nombre y un
vuelco dio mi corazón,corrí a su vera no quería que pensase que le había dejado a su
suerte, quería que supiera que seguía estando allí. Cuando entre en su habitación sus
ojos estaban abiertos y aunque débil en sus rotos labios una sonrisa dibujo, aquello
fue un premio venido del cielo, y rompí a llorar mientras me arrodillaba cerca de él,
sus manos temblorosas acariciaron mi pelo, mientras con esfuerzo intento dar las
gracias abriendo su corazón.
Días después estaba mucho mas fuerte y a pesar de que estaba mucho mejor yo seguía
estando allí, sabia que en pueblo se hablaba de ello, y de mi actitud, pero a mi nada me
importaba, yo seguí los dictados de mi corazón mientras que ellos le abandonaron a su
suerte, que dijeran lo quisieran yo le amaba y me sentía feliz por verle sonreír y hablar
de todo lo que había sentido durante el tiempo que la fiebre le había comido por
dentro hasta que su ángel como solía llamarme acudió y le salvó.
Ahora ya hace más de un año desde aquel episodio y soy su esposa y un día mientras
estaba sentada cerca de la ventana, me dijo: me enamore de ti un día mucho antes de
marchar en que entre redes pude ver tus lindos ojos verdes como el mar y supe que tu
eras aquella por la quería regresar. Eso fue lo que me mantuvo con vida durante mi travesía
enfermo y solo, ahora se que volvería hacer lo mismo por que solo así uno sabe lo
que es el verdadero amor, que se entrega cuando hay dificultad y no espera nada más
que ser recompensado con un amor incondicional y que le llena a uno desde la raíz
hasta el corazón.
Ilesin. 31/7/13
Preciosa historia de amor. Conmovedora y a la vez esperanzadora.
ResponderEliminarMe gusta mucho la narración, con ese conjunto de personajes que hace sentirse partícipe de la historia.
Besitos de luz mi hadita de luz
Buenos días mi dulce hadita de luz!! Me alegro que entre estas lineas te traslades a esos instantes y te sientes participe de las historias, espero que un día tu también puedas escribir tu propia historia de amor bella como tu alma.
EliminarBesos de luz mi querida amiga.
Mi niña de corazón tan dulce como un maduro melón.
ResponderEliminarHas conseguido que me saltara una lagrimota, hermosa historia donde la entrega del verdadero amor contra toda duda, triunfa.
Es como vivir ese amor en el aposento más recóndito y escondido del corazón, siempre el dolor, hace que el amor brille con intensidad.
Precioso tu relato, en tu alma hay un pozo de sabiduría, como extraño unos buenos ratos de charla contigo, de los que siempre salgo enriquecida en miles de cosas. Gracias, por siempre estar ahí.
Un abrazo grande corazón bonito.
Ambar
Mi querida Ambar, me alegro que esta historia que haya llegado a el alma y que hayas sentido dentro de ti ese amor que hay en todos. Quizás un día los obstáculos que ahora nos impiden vernos se supriman y podamos estar un tiempo charlando de muchas cosas.
EliminarBesos de luz querida.
A medida que iba leyendo suspiraba por un final feliz, no podía terminar de otra forma el sufrimiento de ella. Una bella historia con todo tipo de detalles. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Ester,me alegro que ese final que esperabas haya sido el que tu creías y que durante tu lectura te hayas ido impregnado de toda esa atmósfera de amor y lucha.
EliminarBesos.
Un precioso y conmovedor relato Ilesin, me ha encantado leerlo! la ley de corazón no entiende de reglas, solo de amor.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso, Pilar
Muchas gracias Pilar por tus palabras y tal y como tu dices en la ley del corazón solo hay una regla el amor puro y sin condición.
EliminarBesos
excelente relato . eres un amor besos fernando
ResponderEliminarMuchas gracias Fernando por tus palabras.
EliminarBesos
Un relato prodigioso.
ResponderEliminarAmor en estado puro.
Del que casi no hay.
Besos.
Mi querido Toro me alegro de que hayas disfrutado de este relato y te tu corazón se halla llenado de ese amor puro y que seguramente tu tambien gozaras por que en tu interior hay una llama muy grande de luz amorosa.
EliminarBesos
El amor verdadero no entiende razones, precioso como todo lo que publicas... el amor emociona.
ResponderEliminarBesitos querida amiga.
Mi querida Lujan, gracias por tus palabras y es verdad que el amor no entiende de razones y fronteras es una fuerza que lo gobierna todo.
EliminarBesos
querida amiga... me dejas perplejo... de tanta belleza que irradia tu texto... y es que el amor verdadero puede con todo y con todos...
ResponderEliminary al final termina venciendo... y es que... como digo en mi última poesía (que aún no he publicado) no se puede renunciar al amor...
por muy imposible que nos parezca... (Es una estrofa de dicho poema, que te adelanto)
Prefiero... renunciar a vivir...
con mariposas en el corazón...
que ambicionar... sobrevivir
sin haber conocido... tu pasión.
Mi querido Antonio que bellas palabras es precioso!! me alegro de tener el privilegio de leer esta estrofa antes de que lo publiques. Y es verdad no se puede renunciar al amor, por mucho que quieras hacerlo siempre encuentra alguna manera para hacerse notar y sentir en el interior.¿ Por que en realidad que seriamos sin esta fuerza grande que nos inunda el corazón?.
EliminarBesos
he estado algunos días fuera y me voy de nuevo... pero seguiré tu lindo blogs a través del teléfono. besos.
ResponderEliminarYo tambien estoy unos días fuera, pero con es un lugar que me inspira me he llevado el ordenador y seguiré de cerca a todos los que escribís con el alma y el corazón. Disfruta de estos días de relax.
EliminarBesos