MIERCOLES DE RELATO / VESTIDA DE MAR

VESTIDA DE MAR

Hace más de cinco años que el mar se te llevo,
en una tempestad como nunca se había visto
en el lugar y que a mi me dejo solo, con el
corazón roto y deseando que a mi un día
también se me quiera llevar.
Sin embargo el destino es cruel y no me
concede mi deseo de marchar, de reunirme
con tu esencia, con tu amor que se quebró
como mi corazón, en aquel día en que todo
se terminó.
Hoy en mi soledad cuando el sol todo justo
despunta por el horizonte, suelo bajar donde
el mar se te llevo con el a navegar y en mi
silencio lloro, y te hablo como tantas veces
solíamos hacer, ola tras ola dejo que mis
emociones salgan y sean arrastradas con
la esperanza de que tu las recibas y sepas
que todavía te llevo en mi corazón, que mi
garganta quiere gritar "Te quiero", "Te añoro",
sin ti la vida no tiene valor, ya nada importa,
es tan grande mi dolor, que si no fuera tan
cobarde ya me hubiera tirado contra las rocas
que me separan de ti, de todo aquello que todo
justo acabábamos de iniciar y que el mar me
arrebató.
Pero sigo aquí vagando como una alma en pena
por los caminos que cruzan los acantilados con
la esperanza de ver un indicio de que al fin un
día mi sueño se ara realidad y todo mi tormento
se pueda acabar.
Muchos han intentado infructuosamente el que en
vida volviera a entrar el amor, sin embargo,
yo tengo mi corazón cerrado,como quieren que
ame cuando todo mi amor me fue arrebatado,
de mis brazos en aquella noche que quisiera
olvidar.
Mi locura es tan grande que hay veces que me parece
verte pasear por la orilla, con tu vestido azul ribeteado
en blanco semejando la espuma del mar, donde vives
y desde donde me lanzas suspiros que yo atrapo en
mi desesperación para no olvidar jamás tu rostro
bello de sirena.
Vestida de agua, de luz, de mar, de bella enamorada,
que entre cantos armoniosos, quieres comunicarte
con mi alma para que pueda encontrar la paz.
Pero por mucho que yo lo intento no puedo olvidar
aquella bella ninfa que un día me robo el corazón,
aquella que me enseñó a curar las heridas del pasado,
aquella que era el sol que iluminaba mi vida,
que pintaba de luz el alma para que cada día fue
especial, aquella que me entregaba amor en una sonrisa
rosada, una mirada transparente como el mar que
ese día te vio marchar.
No odio el mar, sino el odio es conmigo mismo por no
llegar a tiempo y no haber sido capaz de salvarte entre olas
que te engullían y con las cuales no luchaste, sino que
te dejaste llevar por ellas, como si tu tiempo en este
sitio hubiera terminado y ante mis ojos desapareciste sin
que yo nada pudiera hacer. En vano busque durante días
un pequeño rastro de ti, que me diera la esperanza de que
seguías aquí, pero nada, solo la nada y el vacío se quedo
en mi corazón helado, ese amor que entre tu y yo hubo una vez.

Ilesin 25/12/13