martes, 29 de abril de 2014

MIERCOLES DE RELATO / EL BARQUERO DE LAS ALMAS


EL BARQUERO DE LAS ALMAS

Hace mucho tiempo atrás, mi vida era la de una diosa más,
aunque no tenia un alto rango en la jerarquía de los dioses,
mi misión era igualmente importante aunque para los simples
mortales yo ni tan siquiera existía.Mi nombre era Vesna y
actuaba como diosa encargada de guardar la cerradura
que conducía hacia las profundidades del abismo del reino
de Hades el señor de la muerte.
Muchos eran los que acudían a mi cuando algún ser amado
había cruzado el umbral y me pedían mi intercepción para
lograr recuperar el alma del ser querido, sin embargo eso
era imposible y no siempre lograban entenderlo, sobretodo
si quienes habían echo el viaje eran joven esposos o niños
de temprana edad.
Mi naturaleza aunque inmortal, muchas veces se derrumbaba
ante el dolor de quienes venían hacer peticiones y ofrendas,
para conseguir mis favores, y eso me resultaba difícil de
superar y con ello muchos de mis compañeros dioses se
burlaban de mis sentimientos diciendo que no era propio de
una diosa y que tal vez un día Zeus se enojaría conmigo.
En algunas ocasiones si podía descender a los abismos y
comunicar a Hades la decisión de devolver la vida a un alma
por que así lo había pedido el señor del Olimpo, Zeus.
Era entonces cuando Caronte me conducía con su barca,
hasta el palacio de Hades quien escuchaba mis palabras y
tras pensar y hablar con las Moiras estas decidían continuar
tejiendo el hilo del destino y con ello el alma del ser volvía a
la vida.
Un día hubo un gran revuelo y ante mi presencia aparecieron
Ares y Atenea, junto con un joven mortal que lucha por
escapar de los brazos de Ares.
Sin más preámbulos les pregunte a que se debía tal revuelo
y por que venían ante mi acompañados de un joven mortal,
Ares como dios de la guerra, explico que el joven había sido
un insensato al intentar desafiarle para lograr mis favores y
en su ofensa había profanado parte del templo y de la imagen
de su persona, Atenea decía que aunque era verdad que el
joven había realizado un acto vandalico, tenia razones para
haberlo echo que muchos en su mismo lugar habían optado
por entregarse a la muerte y sin embargo el quería luchar,
y morir como un homenaje a quienes la guerra le había
arrebatado todo lo que tenia y para ello había retado a Ares.
En su defensa Ares decía que cuando uno inicia una guerra
ya sabia que podía morir, que el no era el culpable, de las
muertes que el solo alentaba a los mortales a luchar por sus
valores y a defender su vida y poblaciones.
Sin embargo Atenea no estaba de acuerdo y la disputa entre
ellos no cesaba, yo empece a descender desde mi pedestal,
hasta llegar al lado del joven mortal, que con ojos tristes y
llenos de ira, seguía intentando escapar del poder de Ares.
Con mis manos cogí suavemente su cara y mirando hacia
el interior de su alma, pude ver todo su dolor, todo lo que
le había sucedido en la vida y comprendí que nada podía
hacer más que acompañarle en su dolor y hacer algo que
seguramente me sentenciaba a mi y a su persona.
Con mi voz interior le hable de corazón a corazón, sin que
ni Ares ni Atenea prestaran la mayor atención.
-¿Como te llamas, joven alma?
-Zale- me contestó serenamente.
-¿Sabes donde te hayas?
-Si, en vuestro templo , diosa Vesna.
Me sorprendió que supiera de mi persona y proseguí con
mis preguntas.
-Zale, es verdad que vos¿ Habéis decidido luchar con Ares
a pesar de saber que vais a una muerte segura?
-Si, pero no me importa, él permitió que todos murieran y
yo fuera el único superviviente y ¿Para que he de seguir viviendo
si ya no tengo nada, ni nadie con quien compartir mi vida.?
-Zale, creo que en vuestro dolor no estáis siendo consciente
de que en realidad no es como vos lo sentís, sino que hay otra
mirada y yo os la mostrare, aunque tal vez ambos estemos después
sentenciados de por vida. ¿Estáis dispuesto a correr ese riesgo?
- Si, Diosa.
-Entonces seguidme.
Poco a poco y sin que los otros dos dioses lo vieran, el joven Zale
y yo nos dirigimos hacia la enorme puerta que conducía al reino de
Hades. Con mano firme y segura puse la llave en la cerradura y
abrir la pesada puerta, cediendo el paso al joven.
Solo entonces Ares y Atenea fueron conscientes de mi acto.
-Te has vuelto loca- me grito Ares- ¿Sabes a que te enfrentas?
-Si, Ares soy muy consciente, pero el muchacho a de ver por si
mismo su error y solo las almas de aquellos que han cruzado el
umbral le pueden explicar la verdad y eso lo sabemos muy bien tanto
tu como yo.
-Vesna!!- Como guardiana del templo de la sabiduría, sabes que tengo
que comunicar tu acto al todo poderoso Zeus.
-Si, Atenea y ruego que así lo hagas, yo no me escondo, pero es de
justicia que sea el mismo quien juzgue sus actos.,
Y después sin más preámbulos cerré la puerta tras de mi, mientras
con la suave luz del farol descendía por las escaleras hasta el pie
del mar de las almas, para esperar que Caronte nos condujera a ambos
ante Hades.
Mientras descendíamos, yo iba mirando la expresión de Zale, que con
los ojos muy abiertos bajaba sin titubear las escaleras.
Cuando llegamos al final, la barca de Caronte, ya nos estaba esperando,
sin más yo subí al interior y Zale me siguió, mientras iniciábamos la ruta
hacia el templo de Hades, Caronte miraba de arriba a abajo al muchacho
y al final me preguntó.
-Vesna ¿El joven mortal esta bajo vuestra protección?
-Si Caronte, así que no preguntes más y rema.
Durante el trayecto el joven Zale miraba como del mar de las almas surgían
miles de manos que intentaban cogerse a la barca y pedir clemencia para
su camino hacia la luz del alma.
Cuando por fin llegamos al palacio de Hades, este salio a recibirnos.
-¿A que debo el honor de tu presencia Vesna?
¿Y el joven mortal?
-Cada pregunta tendrá su respuesta, a su debido tiempo Hades.
Hemos venido hasta aquí por que quiero que el muchacho vea por si mismo,
que aquello que le duele en su interior es fruto de una acción que no se podía
evitar y que por lo tanto toda su ira y frustración, nada tienen que ver con Ares.
-Querida Vesna, lo que me estáis pidiendo sabéis que no depende enteramente
de mi que para ello deberíais de invocar la presencia de las Moiras y que ellas
enseñaran el que ocurrió y el que va a pasarle al mortal después de ello.
-Hades, nada tiene que ver con el destino del muchacho, sino con el pasado,
y con las almas de aquellos que formaban parte de su entorno y que ahora están
navegando en el mar del inframundo en busca de su luz y descanso.
-Esta bien Vesna..... si esta es tu petición......
y acercándose rápido hacia el muchacho le dio un certero empujón haciéndole
caer al mar de las almas, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo.
-Os habéis vuelto loco Hades!!!-grite
y sin pensarlo me lance en dicho mar en busca del muchacho que luchaba con
las fuerzas que tenia para liberarse de las almas de los muertos que intentaban
absorberle poco a poco su energía y que al final encontrase el final en un mar
tenebroso de almas en busca de luz y paz.
Mientras en un extremo del palacio las Moiras observaban el hilo de la vida,
del muchacho y decidían cuando poder cortarlo para siempre, dejandole sin
el aliento de la vida.
Al fin pude observarle y me esforcé más para cogerle de la mano y transmitirle
parte de mi energía inmortal, justo en el momento en que las Moiras estaban
intentando cortar su hilo de plata, y debido a que le había transmitido parte
de mi luz y don de diosa, no consiguieron su cometido.
Tras tenerlo sujeto de la mano retorne hacia el palacio de Hades, con mi ira
contenida. Al salir a la superficie, me encontré cara a cara con Zeus el señor
del olimpo que tras ser avisado por Ares y Atenea de lo que pretendía hacer
había descendido desde su templo hacia el inframundo.
Allí también estaba Atenea que me ayudo a sacar a Zale del mar de las almas,
dejandole reposar lentamente sobre el piso, mientras Zeus me miraba con sus
ojos escrutadores.
-Vesna!! ¿Sabéis lo que habéis echo?, ¿Sois consciente de las consecuencias
que ello conlleva?
-Si y no me arrepiento de ello, mi señor Zeus.
Sin embargo mi cometido no era llevarle a estos extremos, sino que las almas
de sus allegados le hablaran contándole la verdad de lo que ocurrió.
No obstante Hades optó por una acción impropia de un dios.
-Vesna , eres consciente ¿Que desde ahora estarás considerada como una
semidiosa y que has transmitido parte de tu don al joven ?
-Si pero no me importa, mi señor Zeus.
-Entonces le insuflare vida y quedara para siempre atado a ser el conductor
de la barca de las almas que lleguen a tu templo, buscando consuelo y luz.
-Por mi parte estoy de acuerdo con ello, mi señor Zeus.
Entonces Zeus se acercó al joven y soplando fuertemente sobre el este
fue recuperando el color de la vida y después de un espacio corto de tiempo
abrió los ojos, mirando a Zeus con respeto.
-Joven Zale, vos sabíais que todo esto tenia un precio, y lo único que no estaba
en los planes es que la Diosa Vesna, os salvara y os entregara parte de su don
de diosa, para devolveros la vida.
Así que desde hoy estáis condenado a ser el barquero de las almas que buscan
consuelo y luz. Además de estar bajo la protección y cuidado de la semidiosa
Vesna.
-Si ese es mi castigo, lo acepto sin más.
Dijo Zale,sin mirar directamente a los ojos de Zeus.
Después alzó su cabeza y mirándome me sonrió, y dirigiéndose dulcemente me
dijo:
-Ahora e comprendido de la fuerza del amor es mucho más fuerte que la muerte,
que todos aquellos que formaban parte de mi vida se sacrificaron para lograr
detener la ira de quienes ven en la guerra el poder de la vida, cuando realmente
están prisioneros de si mismos.
Vos con vuestro gesto habéis sido generosa y es para mi un honor ser vuestro
fiel servidor.
Y así fue como Zale se convirtió en el barquero de las almas, hasta que un día
fue el encargado de acompañar mi alma en su último viaje.

Ilesín. 30/4/14







8 comentarios:

  1. Desde el título hasta el final el relato me ha enganchado.
    Espero que tarde en acompañar la mía.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno me alegro que te haya gustado y tranquilo que todavia te queda cuerda para rato y no tienes pasaje comprado.
      Besos

      Eliminar
  2. Hola Illesin, muy bonito tu cuento.
    Desde luego los dioses de la mitología Griega dan mucho juego.
    Está muy interesante este texto.
    Esperemos que de momento Zale no encuentre mi alma y la deje tranquila en este mundo llamado tierra.
    Muy bonito, me ha gustado.
    Saludos y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Isa muchas gracias por tus palabras y tranquila que estoy segura que todavia te queda un largo vagaje en la vida.
      Besos.

      Eliminar
  3. Un relato que aunque evoca ese aspecto duro de la muerte tambien nos habla del amor y de que el camino no se hace en soledad sino de la mano de otras almas que se hallan en busca de esa misma luz. Ademas de ver que los actos de generosidad al final tambien nos llevan a un traspaso en paz.
    Muchos besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias mi querida Raissa por tu certero comentario sobre un tema que evidementemente todos intentamos evitar por miedo a ese momento en que el alma tiene su final.
      Besos

      Eliminar
  4. Esto me acojonó!!!!

    Besitos de luz!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi querida Carolina no tiene por que acojonarte ya que es proceso que todos debemos de asumir y por el cual las almas pasan sin ningún tipo de temor.
      Besos de luz

      Eliminar