MIERCOLES DE RELATO / CAMINANDO ENTRE PIEDRAS ROJAS

CAMINANDO ENTRE PIEDRAS ROJAS

En el interior de la gran sabana, uno puede sentir
la fuerza de la gran madre tierra que regala por
doquier miles de frutos que nos sirven para muchas
cosas, ya sean alimentos, medicinas, y adornos para
obsequiar a los dioses.
A mi me gusta pasear en la soledad de la selva y
escuchar de fondo la suave melodía de las aves, que
en sus múltiples cánticos, hacen elevar el alma hasta
rincones excepcionales y bellos.
Pero mi lugar preferido es el río caroní, ese que con solo
verlo sientes recuperar tus fuerzas perdidas, que el
mero echo de sumergirte en sus frías aguas hace que
todo tu ser se sienta enraizado con su frecuencia, y
vida, es justamente en ese preciso instante que todo
que estacionado en otro tiempo, donde las pequeñas
cascadas elevan la mente y sale tu animal interior, ese
que te conduce al templo de la fuerza y te muestra su
lección, donde los dones chamanicos salen sin más
esfuerzo, donde uno siente la danza tribal de los ancestros
entre sus venas, que le trasmiten todo ese legado lejano
en el tiempo y que a ido pasando de generación en
generación, para satisfacción de todos.
Caminando entre las piedras rojas del río, ese que da color
a las aguas uno siente transmutar en su interior, todas las
cosas que le perturbaban la mente, que le alejaban de su
esencia transformadora y que tras el baño liberador, ve
claro cual es el camino de su iniciación.
Desde pequeña tuve claro que mi don era sanar a los míos,
que la madre tierra me había concedido la sabiduría del
reino vegetal, mineral y animal, que tras cada rincón de
este hermoso lugar hay una puerta que nos ayuda a seguir
prosperando en nuestra senda hacia la sabiduría personal,
pero que a veces en nuestra obsesión nos alteramos y
provocamos que nuestras fuerzas se debiliten y es entonces
donde yo puedo actuar, pero para ello debo estar en ese
lugar donde la comunión esta en su máximo esplendor y
dentro de mi sienta la fuerza de la madre tierra hablarme
y explicarme que debo obtener, ofrecer y aprender, para
lograr guarecer a quien en ese momento lo necesita.
Sin embargo ello no sale de la noche al día, uno a de
sumergirse en su interior y abrir sus ojos internos, para
que libremente las sabios maestros puedan instruirle.
Para ello la soledad es fundamental y es por ello que uno
a veces se ausenta por tiempo de los suyos y divaga solo
por la selva, adquiriendo aquello que la madre tierra le
ofrece y nada más.
Solo en esa comunión con ella, uno puede avanzar y sentir
como su cuerpo cambia, como la intuición se hace más
poderosa, como es capaz de sentir y ver la energía en todo
lo que le rodea y guiarse por el instinto que le llevara a
continuar aprendiendo de cada cosa que se encuentre
en el camino.
Piedras rojas tiene esa fuerza intacta, todo es energía, es
poder y mientras vuelas a lomos de el águila harpía o
del bello colibrí, sientes que todo te habla diferente que
los antiguos espíritus Mawari, te están instruyendo en sus ritos .
Mientras miles de colores y fragancias te envuelven entre
bromelias, orquídeas, etc. el viaje místico alcanza su clímax
intenso tu eres parte de ello y su esencia es tu esencia, todo
es uno y juntos rompemos barreras, sin embargo solo los
habitantes de la selva somos conscientes de esa riqueza,
los que viene a observar, todo lo miran bajo la mirada
especuladora y en su interior veo la maldad de quien nos
quiere usurpar el poder de todo lo que hay aquí.
Hoy estoy caminando entre piedras rojas para invocar su
fuerza y sentir que me cargo de ella que nadie va a podernos
sacar de nuestro hogar, que aqui tenemos nuestra esencia,
nuestro lazo plateado con la madre tierra y que solo ella
tiene el poder de llevarnos a su regazo, cuando ya no
tengamos misión por cumplir.
Mientras estoy sentada sobre mi piedra favorita escucho
que a mi alrededor algo se esta acercando, sin embargo
yo permanezco quieta, nada me asusta, por que yo soy
parte del lugar.
Poco a poco siento suaves pisadas que se van acercando
a mi,sin embargo yo sigo inalterable, hasta que noto un
suave tacto de piel rozándome mi brazo, sin mover la
cabeza abro los ojos para encontrarme cara a cara con
un hermoso jaguar, sus ojos avellana me hablan a través
de el me veo a mi misma en el tiempo, se que el es el
maestro que me han enviado los ancestros y la madre tierra
para que aprenda, así que dejo que me instruya, sigo inmóvil
y el bello ejemplar se tiende a mis pies como esperando a
que mi alma se abra y este preparada para escuchar su lección.
No se cuanto tiempo pasó, pero si percibí su fuerza y dulzura,
su serenidad y sabiduría, hasta que por fin se levantó y rozando
con su cabeza mi espalda, entendí que a pesar de que algunas
veces podamos parecer poderosos y nos tengan miedo, si
quien así nos ve hace el esfuerzo de ver nuestro interior, podrá
ver que tras esa mascara de protección, hay un ser de luz, que
le entrega amor y protección.
En ese preciso momento entendí, que yo no era quien para
detener ningún proceso de avance que solo la madre tierra
era quien tenia el poder de hacernos evolucionar para crecer
y ser una semilla mejor.

Ilesin 14/5/14