martes, 12 de agosto de 2014
MIERCOLES DE RELATO / ESCLAVO DE LA VIDA
ESCLAVO DE LA VIDA
Cuantas veces soñamos que la vida nos ofrezca ese instante
de paz, ese instante de felicidad, donde la calidez del ser
esta cerca de nuestro corazón.
sin embargo nunca sabes ciertamente donde el destino
te enviara lejos de todo aquello que querías, de tu hogar,
familia, amor y quien sabe cuantas cosas mas. Ese rincón
donde uno se siente enraizado, donde su alma respira y
su corazón palpita.
Ahora puedo decir que soy un superviviente en un ambiente,
hostil y donde el corazón, la mente y la razón se vuelven
duros como los músculos que trabajan al son del golpeteo
del martillo sobre el yunque, que marca constantemente
el hortator, que es quien indica el ritmo que se debe de
marcar en nuestras travesías, luchas y abordajes.
E perdido la cuenta del tiempo que llevo en este lugar,
solo recuerdo que era un joven muchacho, en mi lejana
tierra que cansado de las barbaries del imperio invasor,
decidió sublevarse junto con otros muchachos y ante la
poca preparación, fuimos vencidos, apresados, condenados
y trasladados como castigo a las fauces de esta inmensa
nave imperial, donde cumplimos condena perpetua, hasta
que la muerte nos visita, o algún generoso cónsul se apiada
de alguno de nosotros y lo libera de esta cárcel.
Reconozco que yo prefiero seguir remando en este lugar,
que hacer ver algo que no soy, como muchos otros.
Mi vida esta exenta de ilusión y por lo tanto sencillamente
respiro para seguir viviendo y esperar que un día todo
termine de una vez.
En el estomago de esta inmensa nave, se puede sentir,
el olor del miedo, de la muerte, del sudor y de algunos
otros componentes físicos, que mejor es no explicar.
Cuando el mar esta en calma, me gusta mirar el mar
desde la pequeña abertura por la cual el remo entra
y sale del agua, mientras desliza la nave suavemente,
en ese instante es cuando siento cierta libertad, esa
que también me proporcionan los pequeños instantes,
en que salimos por turnos del vientre de la nave y
nos ofrecen aire y comida en la cubierta, donde el sol
calienta mi cuerpo y mi alma.
Pero no siempre estoy navegando, ha veces pasamos
tiempo varados en tierra firme, y los prisioneros y
esclavos somos conducidos a una cárcel, donde por
unos días gozamos de ciertos privilegios, ya que en
estas instalaciones existen zonas de termas donde
nuestros cuerpos se regeneran y son tratados de los
dolores, contracturas, etc. También nos son ofrecidos
los favores de ciertas mujeres, que algunos miran con
ojos lascivos, sin embargo yo me alejo de ello, no
quiero que nadie toque mi piel, prefiero sentir el
ligero roce de la brisa, o de lluvia como esa caricia
furtiva que me llega y luego desaparece sin más.
Sin embargo nunca sabemos ciertamente cuando todo
va a dar un giro inesperado y te ves envuelto en unas
circunstancias que ni tan siquiera te has planteado.
Un día la nave se preparo para salir a enfrentarse
en alta mar a otro ejercito, por el simple echo de
demostrar poder y destreza, a costa de unos hombres
que entregaban su vida para cumplir con un castigo.
Durante el lance de la batalla muchos perdieron la
vida y se liberaron de sus cadenas,yo sin embargo
estaba tan habituado a las guerras que ya sabia como
protegerme, pero en un instante sentí un fuerte golpe
sobre mi pecho que me impedía respirar y casi sin
darme cuenta perdí el conocimiento, cuando lo recupere,
me vi fuera de la nave, en una habitación luminosa
y serena, creí que había muerto y que aquello era parte
de lo que uno veía tras cruzar el umbral de la muerte.
Sin embargo nada de eso era verdad, seguía vivo y la
prueba fue cuando sentí un fuerte pinchazo en mi costado
y al mirar me vi mi torso desnudo y envuelto en lienzos
finos y delicados, que olían a hierbas y aceites.
En ese instante, intente moverme e incorporarme del
lecho donde yacía, sin embargo el dolor me lo impedía.
Y en ese instante, la puerta se abrió y por ella penetro,
un ángel de piel blanca, que viendo mi acción, se acerco
para impedir que pudiera levantarme. En sus ojos podía
sentir calidez, y en sus palabras serenidad, mientras me
envolvía en un instante de eternidad, el tiempo se detenía,
con manos diestras, desenvolvió cuidadosamente el
vendaje y sin decir nada aplico una especie de brebaje
que aliviaba el dolor.
Ella se convirtió en ese soplo de aire que renovó por
completo mi interior, sentí renacer en mi la vida, poco
a poco mis muros empezaron a caer, aunque sin darme
cuenta muchas veces volvían a crecer murallas que me
protegían de caer rendido a sus pies.
Después de un largo tiempo de convalecencia, mis
fuerzas parecían estar mucho más equilibradas y me vi
con fuerzas para salir de la habitación y descubrir que
detrás de esa puerta, había una estancia ajardinada,
de donde salían diversas salas, en ese jardín sentí
por primera vez que era libre de verdad.
Sin darme cuenta me senté sobre un banco de piedra,
y cerrando los ojos me deje transportar por el murmullo
de la fuente y el canto de los pájaros.
No se cuanto tiempo permanecí en ese estado, pero
cuando abrí nuevamente los ojos, tenia delante de mi
a un hombre de vestimenta sencilla, que me sonreía,
y que me contó que junto a sus compañeros pescadores,
me rescataron mal herido, y evidentemente supieron
que era uno de los esclavos de la galera.
Yo le conté que no era esclavo, sino prisionero, condenado
a servir en la galera hasta mi muerte.
El hombre me volvió a sonreír y poniéndome la mano sobre
mi hombro me dijo que estaba equivocado, que en realidad,
era un esclavo de la vida, que un día me hizo coger un camino
tal vez equivocado, pero que eso me había servido para ver
la dura realidad del mundo y aprender a conocerme mucho
mejor a mi mismo y que gracias al destino, y a un fragmento
de remo que se clavo en mi costado, adquirí la libertad, ya
que ellos me habían abandonado a mi suerte, suponiendo
que mi muerte era anunciada. Pero nada de eso estaba
escrito para mi y ahora podía empezar de nuevo, en ese
lugar donde todos los habitantes eran humildes pescadores,
que se ganaban el sustento a golpe de mar.
Y así fue como mi vida cambio por completo, ahora bogaba
para ganarme el pan y alimentar a los míos, sobre todo a
el ángel que cuido de mi en mi travesía por el dolor y que
curo la herida del corazón, de la sinrazón de quienes con
mano firme me alejaron de mi hogar.
Ilesin 13/8/14
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Gracias LLesi por tu cariño y compañia en mi blog ...ha sido mi ultima publicación ....EL MAR...gracias por todo BESOSSSSSSSSSSSSY UN GRAN ABRAZO
ResponderEliminarMarina "...Espigas del alma"
Los amigos estan para apoyarse en los buenos y malos momentos, mi querida Marina y aqui me tienes para lo que necesites.
EliminarBesos y gracias por tu visita.
La melancolía , el pasado y el futuro hoy dan de ti una impresión que la borrasca de tu corazón anhela la calma de un futuro mejor.
ResponderEliminarBesos y que empiecen a amanecer tus sonrisas
Andre
Mi querido Andre es verdad que anhelo la calma y la felicidad, pero de momento vivo inmersa en una constante galerna que no se cuando va a terminar.
EliminarGracias por tus palabras y buenos deseos.
Besos.
Mi niña, esclavos de la vida, muy cierto.
ResponderEliminarRicones, de tristeza y dolor, rincones de agonía y muerte, pero también pasar por esos rincones nos fortalece, y permite que lleguemos a sr quien somos, para encontrar rincones de Paz en el corazón.
Un precioso relato con todo lo cruel de la vida y un bello final.
Un abrzo grande, y disfruta de ese mágico lugar.
Ambar
Muchas gracias mi muy querida Ambar, bien sabemos las dos lo que es luchar y sentirse esclavas de la vida, pero aunque intentamos sobrellevarlo a veces todo nos domina y vence.
EliminarBesos dulces de melon.
Me gusta este relato, y me gustó en particular una frase: donde el alma respira y el corazón palpita.
ResponderEliminarUna nueva oportunidad quizás sea para poder encontrar ese lugar.
besos
Cada día todos buscamos esa nueva oportunidad, para salir de aquello que nos esclaviza y así encontrar ese lugar donde sentirnos libres y felices.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y visita.
Besos
todo el mundo tiene esclavitudes, muy bello relato.
ResponderEliminarQuizás el paraíso ya no esté en este mundo...
Un abrazo.
Puede que el paraíso sea ese lugar al que pocos llegan y muchos desean llegar, y en su ofuscación por llegar a el se sienten esclavizados por todo lo que les rodea.
EliminarMuchas gracias por tus palabras Alma.
Besos
Bello relato que narra una historia muy cercana. Volver a empezar, tantas veces como haga falta, porque la vida a veces castiga duramente pero otras nos ofrece la oportunidad de volver a empezar por otros caminos.
ResponderEliminarBss
Muchas gracias mi querida Katy por tus palabras, que esconde un hermoso.mensaje.
EliminarBesos.
Tu lo has dicho amiga esclavos de la vida, una y otra ves un gran relato.
ResponderEliminarBesitos amiga que estés muy bien.
Muchas gracias mi querida Gladys y en muchos casos es lo que dices que somos esclavos de la vida.
EliminarBesos