CAMINO HACIA LA EVOLUCIÓN-1

CAMINO HACIA LA EVOLUCIÓN-1

Hacia días que el aire estaba más pesado que de costumbre
y eso indicaba que pronto vendría un periodo de lluvias y
frío y nos tendríamos que refugiar en las cuevas altas como
las denominábamos nosotros.
Mi hermano mayor hacia días que nos indicaba lo que
debíamos de recolectar, mientras caminábamos hacia el
que seria nuevo hogar.
Sin embargo aquel día todo daría un giro inesperado, y
es que el cielo empezó a oscurecerse y el aire olía diferente,
mi hermano nos grito a todos y nos hizo apresurarnos para
llegar a las cuevas. Los que eramos algo más mayores ,
íbamos ayudando a los más pequeños , sobre todo cuando
empezó a llover y el terreno se volvió resbaladizo a causa
del lodo, y del frío de notar las ropas mojadas sobre el cuerpo.
De lejos empezamos a oír como los truenos iniciaban su
particular sinfonía y todo era cada vez más oscuro, mi
hermano mayor de vez en cuando se paraba y olisqueaba
el aire como para asegurarse de tener tiempo, ya que la
tormenta era cada vez más fuerte, ya no solamente nos
empapaba la lluvia, sino que el viento incrementaba la
sensación de frío y sobretodo el ruido de los truenos.
Al llegar a la zona empezamos a escalar la pared para subir
hasta las cuevas, uno de mis hermanos medianos alcanzo
las primeras cuevas, sin embargo el mayor de todos, le hizo
salir y seguir escalando más arriba, con la dificultad que
el lodo que cubría nuestros pies nos hacia resbalar incluso
caer. Tras un esfuerzo titanico poco a poco todos logramos
penetrar en la cueva, y a indicaciones de nuestro hermano
y líder nos acurrucamos en el fondo de la estancia, mientras
el iba acercando trozos de madera seca que previamente
había ido dejando en sus escapadas semanas atrás, donde
también había ido dejando alimentos que se podía conservar.
Una vez el fuego empezó arder el calor nos hizo temblar
menos, pero el sonido de la tormenta nos tenia a todos
asustados, sobretodo por que había un ruido seco y potente
que cada vez se hacia más fuerte y que nos indicaba que
algo no iba bien.
Con la mirada interrogábamos a nuestro hermano mayor,
quien nos dijo que nadie debía de acercarse a la entrada
de la cueva por nada del mundo, que el ruido de una gran
avenida de agua, por eso nos había obligado a subir hasta
las cuevas más altas para estar a salvo, aunque no estaba
seguro de hasta donde llegaría el nivel de las aguas.
Aquella noche fue la más larga de mi vida, todos estábamos
abrazados unos contra otros y pocos dormíamos.
Cuando pareció que todo se calmaba, uno de mis hermanos
medianos desobedeciendo los consejos de mi otro hermano
se fue acercando hacia la entrada de nada sirvieron los gritos
de mi hermano mayor en una fracción de segundo había
desaparecido de nuestros ojos, sin que mi hermano mayor
que había corrido para detenerle llegase a tiempo, la tristeza
y la impotencia de lo acontecido nos marco a los que fuimos
testigos de ello. No se cuantos días permanecimos allí, solo
se que hasta no volvimos a ver la potente luz del sol y de
lejos el trinar de algún pájaro nadie se atrevió a salir.
A pesar de que todo volvía a su relativa calma, el grupo se
dividió los pequeños y yo nos quedamos en el interior de
la cueva, mientras que los demás acompañados por el mayor,
salio en busca de comida y de madera para continuar
calentándonos en las noches frías, ademas de protegernos
de algún depredador.
Aunque nuestro hermano mayor no lo digiera se que durante
su tarea no dejaría de buscar el cuerpo de quien había sido
arrastrado por las aguas, más para calmar, su dolor que por
darle sepultura.
El día transcurrió largo y angustioso hasta que todos volvimos
a estar juntos, nadie dijo nada, sin embargo el paisaje era
desolador, donde había bosque ahora era una campo arrasado,
donde antes era un clamor de aves, ahora era el silencio
total, algunas de las cuevas bajas estaban totalmente desaparecidas
tras montañas de lodo, troncos y materiales varios.
Los días siguiente nos dedicamos a explorar todos juntos la cueva
que nos servia de refugio, y tuvimos la agradable sorpresa de
encontramos con una sala de increíble belleza, que en su parte
central estaba cubierta por un gran lago de aguas transparente
y esmeraldas.
Al principio nadie se atrevió a ir hasta su orilla y desde una
zona más alta dimos casi la vuelta a toda superficie del lago,
intentando ver que se podía esconder en sus aguas.
Cuando apreciamos que no había peligro ninguno, todos nos
fuimos desnudando y tirándonos al agua que en lugar de estar
fría permanecía como algo templada, creo que eso fue un
paso adelante, ya que no solamente limpiamos nuestro cuerpo,
sino que nos liberábamos de todas las tensiones y malos
momentos vividos.
Cerca de allí fue donde ubicamos nuestro campamento para
pasar la temporada de frío y lluvias que se avecinaba.
Eso si antes debíamos de recoger suficiente comida para lograr
pasar el tiempo.

Queridos como el relato me esta saliendo muy largo he decidido
publicarlo por partes y aquí se termina la primera parte, espero
que os guste y tengáis ganas de continuar la historia.

Ilesin 11/11/15