CAMINO HACIA LA EVOLUCIÓN -2 PARTE

CAMINO HACIA LA EVOLUCIÓN-2 PARTE

La temida temporada del frío pasó y 
aunque pasamos por alguna que otra 
dificultad, como mínimo seguíamos
vivos y eso era todo un logro.
Con los primeros rayos del sol que 
ayudaban a que todo renaciera a la 
vida, nosotros también nos fuimos
aventurando a ir un poco más lejos, 
donde sabíamos,que pronto crecerían 
los bulbos mas grandes sabrosos, que 
harían que poco a poco recuperáramos 
nuestro cuerpo, eso sin contar en que 
los más hábiles cazaran animales y 
aves desprevenidos, que nos ayudarían 
a que nuestro nivel de grasa se 
recuperara.
Los días poco a poco se iban haciendo 
más largos y eso nos permitía estar 
más tiempo fuera de la cueva.
Además de alejarnos hasta la pradera 
del lago donde los bulbos crecían en 
grandes cantidades.
Uno de esos días mientras estábamos 
cerca de la orilla del lago recogiendo 
hierbas, detrás de mi empece a oír,
un ruido que se iba acercando 
sigilosamente, mi instinto me hizo 
quedarme quieta, ya que no sabia a 
que me iba a enfrentar, así que 
empece a notar que era olisqueada,
primero a distancia y luego ya más 
cerca sintiendo, el aliento en mi nuca 
primeramente y después fue bajando 
por mi espalda, hasta que note que 
me empujaban hacia adelante cayendo 
sobre mi pecho,mientras una voz feroz 
detrás de mi,que conocía gritaba, que 
me fuera y diera la voz de alerta a los 
demás, salí de allí corriendo como nunca 
lo había echo, mientras avisa al resto 
que también emprendían el camino 
hacia nuestro hogar a toda prisa.
Al llegar a las cuevas nos escondimos 
en el interior y sin mover un solo dedo, 
permanecimos así no se cuanto tiempo,
hasta que llego a mis oídos un jadeo, 
y unos pasos que se arrastraban 
lentamente,pero el miedo y la angustia 
podían más que mi instinto que decía 
que era mi hermano mayor, quien me 
había salvado del ataque, que volvía, 
así que armándome de valor y con un 
largo palo salí de mi escondrijo y fui 
descendiendo desde mi escondite, y 
entre las rocas puede ver que no me 
equivocaba, era él, que regresaba herido 
a casa. Sin pensármelo más salte y 
mientras mis ojos y manos buscaban 
las heridas, le conducía hasta el lago, 
allí se acabo de desvestir y se sumergió 
en las frías aguas,mientras yo desde la 
orilla veía a mi salvador de otra manera, 
era como si un volcán se hubiera 
despertado, no sabia muy bien que me 
ocurría,pero me sentía alterada, y no 
podía dejar de observar su cuerpo 
musculado, y aunque sabia que era 
alguien de mi mismo clan, lo que sentía 
me revolvía las emociones .
Al final me fui a un rincón a intentar 
calmar todo lo que sentía en mi interior 
y que no podía dominar.
Cuando él salió del agua, se dirigió poco 
a poco hacia el secadero de pieles, para 
ponerse sobre su piel una de ellas , ya 
que la que llevaba estaba en muy mal 
estado.
Después me miro y me hizo un gesto para 
que me acercara, en  mi interior volví a 
sentir un revoloteo que me hacia temblar, 
sin poderlo evitar, pero no era miedo, 
ni frío, sino algo que no entendía.
Cuando estuve cerca de él, me acerco una 
grasa adobada, con la que nos curábamos 
las heridas y me indico que se la aplicara, 
en las suyas, mis dedos temblaban, mientras 
recorrían su piel y cuando terminé, me dijo 
que me sentara que debíamos de hablar.
Sin poder articular palabra, hice lo que me 
dijo y en sus ojos seguí viendo su ternura, 
pero algo estaba cambiando.
Intuyendo mi incertidumbre, me explico 
que lo que hoy había pasado, ya se temía 
que un día pasaría, por que todos crecemos 
y pasamos de ser niños, a jóvenes adultos 
que despiertan a instintos naturales y 
animales que no podemos evitar, que yo 
había alcanzado desde hacia un tiempo, 
mi madurez y que eso lo sabia por el olor 
que desprendía, que era el mismo que 
desprendía nuestra madre, cuando por 
unos días desaparecía y después al volver 
pasado un tiempo podía ser que el clan 
creciera y él no estaba dispuesto a que 
eso pasara de momento en nuestro clan.
Por dos motivos, uno por que había visto 
muchas veces, lo que le había ocurrido a 
madre, cuando se negaba a ello y esos 
seres la obligaban mientras ella sufría en 
silencio y por que en él desde hacia tiempo 
se había despertado, un sentimiento 
diferente hacia mi y no estaba dispuesto a 
compartir con nadie mi vida.
Que al ser el mayor se había dado cuenta 
que no eramos todos iguales, aunque 
habíamos llegado desde un mismo vientre 
y que eso nos hacia diferentes y tal vez por 
ello a veces habían conflictos, por esa 
diferencia interior.
Me dijo que se había dado cuenta de que 
yo estaba empezando a notar ese cambio 
y que comprendía que me sintiera perdida 
ante esos instintos, que no me preocupara, 
que él estaba para protegerme y que a su 
debido tiempo, esperaba que la naturaleza 
me diera juicio para saber controlar como
liberar esos instintos. Pero que a partir de 
ese momento, no siempre saldría de la 
cueva, para evitar que otros hombres 
olieran mi rastro y me hicieran daño.
Y así fue, mi vida siguió igual que siempre, 
menos unos días cada mes en los cuales 
me quedaba en la cueva realizando otros 
menesteres. Durante ese tiempo, muchos 
de mis hermanos más pequeños fueron 
dejando el clan para buscar otros territorios,
y los demás seguíamos con nuestra rutina,
de siempre preparándonos para ir pasando 
por las diferentes estaciones.
Ese invierno ,para mi fue diferente, ya que 
no pude reprimir mis instintos y me entregue 
a los brazos de quien había sido mi protector
y ahora era mucho más que eso, era una 
fusión de alma, él sabia que era solo suya 
y yo sabia que él era solo mio.
En eso instantes en que nos dejábamos 
llevar por el ímpetu de la naturaleza, sus 
manos recorrían cada fragmento de mi 
cuerpo, mientras yo temblaba de placer 
y le mordía suavemente, incrementando 
todavía más su ímpetu salvaje, hasta 
que rendidos caíamos dormidos abrazados.
Aquello hizo cambiar el rumbo de la rutina, 
ya que nos dimos cuenta del abismo que
cada vez más había entre los que todavía
quedábamos del clan, y es que como él me 
había explicado solo había un hilo de unión,
el que nos había dado la vida, lo demás 
era diferente y por lo tanto los pensamientos 
y actitudes distaban cada vez más.
Hasta que al final solo quedamos él y yo, 
iniciando un nuevo ciclo de la vida, ya que
pasado un tiempo mi cuerpo empezó a
cambiar albergando en su interior una nueva
vida, que llegaría entre sudor, dolor, jadeos,
pero él había ayudado tantas veces a nuestra
madre en sus alumbramientos, que sabia 
como debía de actuar, aunque como me 
contó era un momento de miedo ya que 
muchas veces los hijos nacían muertos, 
o la madre podía morir, como así había 
pasado con la nuestra.
A pesar del temor y del largo tiempo que
paso, nuestro hijo llego sano, después de 
separarlo de mi y lavarlo, lo acerco a mi 
pecho mientras me arrastraba hasta la fría 
agua, para limpiarme y que el frío de las 
aguas me ayudara a recuperarme un poco.
Aquello nos unió más y después de ver como,
del clan inicial ya no quedaba nadie, y que
nosotros habíamos iniciado un nuevo clan, 
decidimos ir hacia otras tierras, donde 
encontrar nuevos alimentos, ya que todo 
empezaba a escasear y el futuro era incierto 
y ahora había una boca más que alimentar.
Tras un largo tiempo de caminata, vimos 
desde una loma un grupo de seres que 
trabajaban,al unisono y que parecían ser 
tranquilos y sociables.
Así que poco a poco nos fuimos acercando 
a ellos,y así fue como nos unimos a estas 
gentes, que convivían en cabañas echas 
por ellos mismos, nosotros ni sabíamos 
hacerlo, así que entre todos nos ayudaron 
a construir la nuestra, donde solo nosotros 
entrabamos, a pesar de que lo que cazaba,
recolectaba o realizaba se compartía, cada 
uno tenia su grupo familiar ni nadie tenia 
intención de coger nada que no fuera propio.
Eso al principio nos sorprendió y a la vez nos 
dio una sensación de seguridad, ya que para 
el era necesario saber que ni yo ni nuestro 
hijo correríamos peligro si él se ausentaba.
Tal vez por ello nos sentíamos más libres y 
próximos y el tiempo hizo que nuestro 
pequeño núcleo volviera a crecer. 
Las mujeres del poblado al llegar el momento 
del alumbramiento quisieron ayudar, sin 
embargo estaba acostumbrada a luchar sola o
con la compañía de mi fiel compañero y solos 
volvimos a compartir esa mágica experiencia 
de dar la bienvenida a una hermosa niña.
Pasaron muchas lunas y estaciones en ese 
poblado,donde sentíamos que formábamos 
parte de algo,sin embargo los ciclos de la vida, 
no siempre son duraderos y la escasez hace 
que las tribus se muevan, y cerca de donde 
estaba establecido nuestro poblado, se 
asentaron otras tribus, que tenían otros criterios 
y que todavía guardaban reminiscencias antiguas 
en su comportamiento, y eso hizo que volviera 
a crecer la inseguridad, a raíz del ataque de 
unos cuantos de esos hombres a mujeres de 
nuestro poblado.
Ambos tuvimos claro que no queríamos pasar 
por ello,así que aprovechando la noche y que 
era todavía la estación cálida, salimos de nuestro 
lugar protegido, para adentrarnos a la aventura 
de un nuevo hogar, donde seguir avanzando, 
donde seguir aprendiendo y evolucionando.
En nuestra travesía, pasamos por grandes 
praderas, donde la habilidad de padre e hijo 
nos permitieron,hacer acopio de alimentos, 
para el viaje.


Ilesin 18/11/15